31.10.06

mañana


Me carga esperar. Presiento, que al escribir esto, no llegaré a nada. Ni siquiera sé a qué referirme en este momento.

Me despierta el celular, a las 6:30 a.m. promedio. Abro mis ojos, y diviso a mi hermano paseándose buscando ropa para vestirse luego de haberse duchado. Yo sólo me quedo quieto ahí, en mi cama. Programo la alarma para unos 20 minutos mas y trato de disfrutarlos al máximo.

Desconexión.

Vuelve a sonar la alarma, me levanto ahora sí que sí de golpe. Busco ropa, me despido de mi hermano, me despido de mi madre, me despido de mi padre, y preparo las cosas para la ducha.

Me ducho. Me visto dentro del baño porque soy friolento y aprovecho esa niebla tipo calefacción que se produce de la ducha caliente. Me miro al espejo y me miro a los ojos. Me detengo unos segundos, y salgo apurado a mi pieza.

Ordeno mis cosas. Me aseguro de que todos los trabajos para las entregas de ese nuevo día estén dentro de mi maleta tamaño block nº180 que carga los materiales que siempre necesito. Reviso mi banano, mi bolso con mi croquera, mi estuche preciado, mi celular y, por último, mi pase escolar, que siempre lo conservo en mi bolsillo trasero del pantalón. Bajo las escaleras, me aproximo a la mesa, veo el desayuno servido y en ese momento siempre me arrepiento de los 20 minutos de sueño que me di hace unos instantes ya que ahora no alcanzaré a comer. Voy a la cocina, me preparo almuerzo. Lo guardo, voy al baño, me cepillo los dientes, hago cosas necesarias, y al salir corriendo, pienso si irme en colectivo será más conveniente que caminar. Y bueno, como sabrán, siempre elijo la segunda.

Salgo de mi casa, saco a mi amigo discman y empiezo mi caminata hacia la estación de metro Vicente Valdés, o en su defecto cuando voy en compañía, a Bellavista de La Florida.

Mientras camino, y escucho música a la vez, pienso. Pienso en las mismas cosas, en mi corazón y su situación apestante, en mi carrera universitaria, en mis notas, en la gente de la universidad, en los “amigos“ de carrete, etc., y es como raro, porque cada uno de los temas mencionados salen en mi mente dependiendo el tipo de canción que vaya escuchando. En fin. Luego prendo un cigarro, el “mañanero” como le dice una amiga. Y sigo mi camino hacia cualquiera de dichas estaciones.

“¿Me da dos boletos? Gracias“. Siempre compro dos porque a la vuelta me da flojera esperar la gran fila en boletería. Entro al tren, como siempre, de pie, debido a la multitud que se presenta a esa hora en el metro. Y casi siempre también quedo mirando hacia la puerta, y observo mi reflejo en la puerta del vagón. Lo analizo y veo qué está mal, hasta el punto en que me da lo mismo y mi reflejo desaparece y veo hacia el exterior, esas luces blancas y azules, como avanzan. En realidad no avanzan, avanzo yo, pero bueno, eso se me pasa por la mente. Y llegamos a nuevas estaciones hasta que veo el exterior, aún conectado a mi discman y pensando en… mi vida.

2 comentarios:

Catalina dijo...

yo hoy día pensé "pensar que cuando yo era chica si pisaba una separacion del asfalto el mundo se acababa"

Claudio :) dijo...

No pare de leer
a tal punto, q lo lei dos veces.

Es como si yo escribiera!
jajajaja
bue, nuestros escritos tienen el mismo efecto en los dos.

Así que tb miras tu reflejo en la puerta del vagon?
Creo q sólo dos veces me ha gustado mirar tal reflejo, el resto, trato de ir contando los autos q pasan en la carretera.
O en el señor, señora, mina, o tipo, q esta detras y va mirando seguramente lo mismo que yo.

Y si, tb pienso en la apestante situacion de mi corazon, sólo q ultimamente le añado cacao para q se active en el hipotálamo cerebral aquella glándula de la felicidad [Pq si me pongo a analizar mi situacion, pienso claramente q el seminario o el budismo extremo en Nepal, es buena opción ¬¬]

JUAZ! me hice adicto a tu blog, lo siento. Tengo q leer todos los textos..! en eso me entretendré ya q mi noche de Halloween fue ver peliculas tomando sprite zero y uno q otro dulce q me dieron pq me disfrace XD.


UN GRAN ABRAZOOOO!
:D