El otro día me encontré con Billy Corgan a la salida del metro.
Conversabamos de la vida, de su vida, de la mía. Y terminó por decirme que transantiago le aburrió y que no sabía que troncal o que local debía tomar.
Le dije que si quería me acompañaba.
Lo hizo.
Se fue conmigo, si, lo fui escuchando durante todo mi viaje y pucha que fue entrete.
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